martes, 20 de enero de 2009

Ezanab. El espejo de obsidiana.

Los eclipses de Venus con el Sol no ocurren con frecuencia, generalmente hay que esperar más de cien años para que se vuelvan a repetir, por eso este año Tzolkin, marcado por el eclipse de Venus sobre el Sol del año, ocurrido el mes de mayo del año 1040, es una configuración astronómica muy especial por suceder en la zona de las Pléyades, este dato confirma la fecha de este fragmento.
Después de un minucioso análisis, puedo afirmar que el Códice Dresde se está escribiendo en sincronicidad con el eclipse o la conjunción inferior de Venus sobre el Sol ocurrido el 22 de mayo del año 1040.


La forma más espectacular de utilizar al planeta Venus,es cada vez que se inicia un tiempo nuevo, una manera "esotérica" de observar a Venus, reservada sólo a los “balam” los astrólogos maya, que son los únicos que pueden confeccionar un códice, es la observación directa del paso de Venus sobre la faz solar, este es el primer secreto que abre el camino al desciframiento de la fecha de creación del códice.


Es seguro que los astrólogos maya veían pasar el planeta Venus delante del disco solar, otra cosa es saber si estaban ciertos días mirando al cielo para verlo pasar o si sabían exactamente cuándo eso iba a ocurrir, de un modo u otro significa que sabían que eso ocurría cada 122 o 113 años alternativamente.


Los astrólogos mayas usaban grandes espejos de obsidiana que recubrían con agua y sobre esta superficie desde el interior de sus observatorios veían un cielo que nos asombraría, ojalá se recuperen alguna de éstas construcciones y podamos tener la experiencia de ver el cielo desde su interior reflejado en un espejo de agua y obsidiana. Los espejos de agua se han mantenido durante siglos y aún se pueden ver en el Palacio de Tetlita de Teotihuacan, el que fuera el mercado de la obsidiana más importante del mundo. Son tan importantes los espejos de obsidiana que hay un día que lleva ese nombre “espejo de obsidiana” o Ezanab y se dibuja con un glifo que representa un espejo de obsidiana.

lunes, 19 de enero de 2009

El eclipse de Venus sobre el Sol del 2004

La experiencia del paso de Venus sobre el Sol

Los códices maya de mayor importancia inician su recorrido partiendo de una conjunción inferior de Venus con el Sol. Antes de iniciar este trabajo no tenía mucha noción sobre el tiempo que tarda en repetirse un paso de Venus sobre el Sol, no es un cálculo nada fácil, es más para realizarlo hay que ser un buen matemático y además tener claras ciertas coordenadas celestes fundamentales. Así que recurrí a mi colega Miguel García para que indagara sobre las conjunciones de Venus sobre el disco solar, las conjunciones inferiores o eclipses de Venus sobre el Sol. Con esos datos en mis manos supe que en los últimos 1000 años sólo ha habido 14 conjunciones de este tipo.

Tuve la oportunidad por primera y única vez en mi vida, de observar el paso de Venus sobre la superficie del Sol, fue el 8 de junio del año 2004. Al no disponer de ningún observatorio oficial donde me permitieran observar el fenómeno, el día de la conjunción de Venus con el Sol me subí al monte del Castillo de San Fernando de Alicante, una mañana de cielo muy limpio y allí planté mi telescopio ruso marca TAV regalo de Irina de Urania de Moscú.

Conservo el dibujo de campo de la observación del tránsito de Venus sobre el disco solar, está dibujado en un bloc de papel en blanco. Lo dibujé usando el telescopio, no para mirar poniendo el ojo en el objetivo, sino proyectando la imagen del Sol cuando pasaba Venus, sobre el papel del bloc.

La primera observación la anoté a las 10: 38 H.L, la segunda a las 10: 52 y la tercera a las 11: 07. En las notas de pie de página escribo lo que más me llama la atención en ese momento y digo: “Manchas muy, muy negras, el negro más intenso que he visto en mi vida” -Sobre el disco solar hay dibujadas también el paso de unas gaviotas para comparar el tamaño visual del planeta Venus-.

Lo que quedó en mi recuerdo de ese eclipse de Venus sobre el Sol, lo que más me llamo la atención era la intensidad de negro, un negro nunca jamás percibido por mí. Ni siquiera en la época del grupo de investigación Hermes, cuando experimentábamos en una habitación negra con la lámpara Oslim para intentar ver el aura en la más absoluta oscuridad.

El eclipse de Venus sobre el Sol del 2004 sucedía en el signo zodiacal de Géminis, me dio que pensar en el lunar de Marlyn Monroe, el lunar de muchas mujeres de rostro blanco, el lunar que no es de la Luna, sino de Venus, por eso resultan tan atrayentes algunos lunares.

El lunar del Sol, la mancha negra intenso y redonda que deja una huella imborrable en la mente de quien la observa. Si hubiera sido pintor me hubiera gustado pintar al dios solar con los lunares que va dejando Venus a su paso por el disco solar y así dejar huella en el tiempo de un evento de estas características, pero si lo hubiera hecho, no habría pintado nada nuevo, pues los mayas dibujaban de una manera muy clara este paso de Venus sobre el disco solar. Para ellos significaba un ciclo nuevo, un tiempo de hacer un nuevo códice o de renovar el códice.

Imagen que representa a Tlahuizcalpantecutli, en el eclipse de Sol por Venus en la página 50 del Códice Dresde

En la pagina 50 del códice Dresde, donde se muestran las tablas de los ciclos de Marte y Venus, las conjunciones importantes, los ortos matutinos y vespertinos de Venus y máximas elongaciones respecto al Sol, también se muestra el eclipse o la conjunción inferior de Venus sobre el Sol que da inicio al Códice Dresde, a través de una imagen representativa del planeta Venus o la divinidad correspondiente que aparece en la parte central inferior de la derecha de esta misma página.



Tlahuizcalpantecutli, deidad de Venus, agarrando unos átlatl o lanzadardos.
Esta imagen, bellamente ornamentada, quizás una de las más bellas imágenes de todo el códice, representa a Tlahuizcalpantecutli la deidad del planeta Venus, en el momento de su paso sobre la corona solar; lleva los ojos cubiertos para no cegarse a causa de la luz del sol. La divinidad celeste humanizada está en cuclillas, sujetando con la mano derecha dos especie de banderillas o lancetas, que simbolizan la doble herida que causa el paso de Venus sobre el Sol, pues en general Venus pasa dos veces en cada uno de sus ciclos, con una distancia de 8 años entre un paso y otro.


Ampliando la imagen original lo suficiente se observa que detrás de las atlalt, “banderillas” o lancetas que sujeta la mano de la divinidad de Venus, aparece un dibujo que desvela el paso de Venus sobre el Sol, con la particularidad o el detalle de que muestra un paso de Venus por el canto o por un lado de la corona solar, tal como sucede con el paso de Venus sobre el Sol ocurrido en mayo de 1040, donde se observa que Venus pasa sobre el Sol rozando la parte exterior del disco solar, algo que no ocurre con los pasos de Venus sobre el Sol en las otras conjunciones inferiores de Venus de los últimos mil años, salvo la de 2004 que tuvo unas características semejantes, por ello esta conjunción de 1040 es la que nos quiere transmitir el dibujo de Venus del folio 50.

Jeroglífico de la pagina 12 del Códice Dresde. El collar del eclipse de Venus sobre el Sol


En la estampa jeroglifica del folio 12 que forma parte de otro calendario Tzolkin, se observa la imagen del dios maya Ek Kin, la estrella del sol o la divinidad maya que representa al Sol encarnado en forma de un hombre viejo y desdentado que lleva en la espalda un fardo atado simbolizando que en este momento es un “cargador de tiempos”, en la mano lleva el símbolo del Sol, que es un círculo punteado con un circulito en el centro y cuatro muescas o rayitas dobles formando una cruz. El collar de bolas negras que rodean en pescuezo de la imagen, simboliza el paso de Venus sobre el disco solar.

























Si comparamos el dibujo del cuaderno donde estaba el eclipse Venus sobre el Sol, con el dibujo de la imagen del viejo que lleva el glifo del símbolo del Sol en la mano, se observa una similitud extraordinaria.

Por otro lado, si observamos el jeroglífico de la derecha que completa un calendario Tzolkin, podemos ver un personaje que tiene dos caras superpuesta. La cara de abajo es una representación del dios Ek Kin que simboliza al Sol y lleva el glifo del símbolo solar en la mano, mientras que la imagen superpuesta de arriba se corresponde con el rostro de otra de las representaciones del planeta Venus, tal como se puede ver en el jeroglífico del folio 11, anterior a ésta, donde aparece la imagen de Venus sentado.





La cara que se superpone sobre el icono que representa al dios solar es la misma que se puede ver en el icono del folio 11 y más adelante, de multitud de jeroglíficos que hablan de las distintas formas de ver y de usar al planeta Venus.


La superposición o colocación de la cara que personifica al planeta Venus sobre el icono del dios Ek Kin, es otra forma de representar el eclipse o el paso de Venus sobre el disco del Sol





















El icono o la imagen con la que se representa al planeta Venus es la mejor identificada de todo el códice, pues se trata de un ser antropomorfo que tiene una nariz peculiar en forma de trompa.
En el jeroglífico del folio 12, donde se expone el eclipse de Venus sobre el Sol, al lado de este glifo solar en la parte superior de la izquierda, está dibujado el glifo de Venus dentro de su dibujo tiene un dedo pulgar en la parte superior de la derecha señalando hacia arriba y la particularidad de que tiene el ojo marcadamente cerrado, de manera semejante a Tlahuizcalpantecutli, que tiene los ojos tapados, en este caso cerrados, para no cegarse de la luz de sol durante su travesía por la rueda solar y significar de esa manera que se está produciendo una conjunción inferior o un eclipse sobre el Sol.
Debajo del glifo de que representa al Sol con carga de tiempo nuevo, se observa otro glifo en forma de cabeza con un dedo en la parte superior señalando hacia la derecha, un ala en la parte inferior derecha y una carga de tiempo delante, este glifo representa al planeta Júpiter con carga de tiempo nuevo, por eso al incluirse dentro del jeroglífico significa la participación de este planeta en la configuración astronómica de esta conjunción inferior de Venus del códice Dresde

En la conjunción inferior de Venus sobre el Sol de 1040, el planeta Júpiter está formando parte de la configuración, tanto astrológica como astronómica, pues al hallarse en esa zona del cielo, los planetas están más unidos a la vista.

En la configuración astrológica de la conjunción inferior de Venus del 1040 se puede observar que Júpiter está justo al lado de Venus y el Sol, participando en la conjunción de una manera directa, al igual que en la disposición astronómica en que se observa al planeta Júpiter justo al lado de la conjunción del Sol con Venus, en la zona celeste cercana a la constelación de Tauro, entre las Pléyades y las Hyades. Por este motivo el eclipse o la conjunción inferior de Venus representada en el Códice Dresde, ha de ser la que ocurre en 1040, pues en las otras conjunciones no ocurre lo mismo. Todas las indagaciones conducen a concluir que el eclipse de Venus sobre el Sol, que da vida al Códice Dresde, ocurre el 22 de mayo de 1040.

El alineamiento entre Venus y Júpiter en el eje de la Galaxia del 23 de diciembre de 1040. Semejante al del 2012

El 23 de diciembre de 1040, seis meses después de la conjunción inferior de Venus, se origina esta configuración celeste que tiene la particularidad de que se produce en los mismos puntos celestes donde ocurren los eclipses, justo al lado de Aldebarán y de Antares, a cada uno de los lados de la Vía Láctea o la Galaxia, algo que ocurre con una frecuencia de 20 años y da nacimiento a los katunes, que son ciclos de 20 años que nada tiene que ver con los ciclos Saturno y Júpiter que usamos en Astrología occidental.

En el triple jeroglífico del folio 11, justo la página anterior a la del eclipse o conjunción inferior de Venus del que estamos hablando, se puede observar otra estampa jeroglífica en el que intervienen tres iconos o imágenes de dioses y diez glifos, aparte de los numerales.

El primer icono o imagen de la izquierda representa al planeta Júpiter, para quien los mayas tienen varios nombres, como el de Yum Kaax asociado al dios del maíz. Júpiter está personificado en una imagen masculina que tiene un género de flor atravesándole la nariz. En la espalda lleva algo semejnate a un fardo atado con una cuerda, denotando así que es un “cargador de tiempos”. En la cultura maya los dioses, entre otras cosas, cumplen la función de ser los “trasportadores del tiempo.” El icono de Júpiter de este jeroglífico lleva un tocado en la cabeza en el que se observa el símbolo del glifo del dia Kan, la semilla de maíz, con la cual está asociado el planeta Júpiter.

El segundo icono o deidad, situado en centro del jeroglífico, representa a Itzamná, el dios lagarto celeste, una de las imágenes que tienen los mayas de la Vía Láctea o de nuestra galaxia que también representan en forma de un lagarto o serpiente emplumada.

Y el tercer icono es una de las representaciones del planeta Venus, también con su carga de tiempo simbolizado por el fardo que lleva atado con cuerda a su espalda; lo dibujan como un ser antropomorfo que tiene la nariz formado una pequeña trompa y sobre ella lleva una especie de espiral o voluta enrollada que le sale de la frente.

Cada deidad tiene un glifo que lo representa, como se puede ver en la parte superior de la derecha de cada uno de las tres estampas jeroglíficas, ahí está representado el glifo que de los tres iconos o divinidades:























En la parte superior de la izquierda de cada uno de los tres jeroglíficos del fragmento del calendario Tzolkin del folio 11, está dibujado el glifo del mes de Mol acompañado de un antefijo que significa lunación. Esto quiere decir que la fecha del alineamiento de los planetas ocurre en la lunación del mes de Mol.

El mes de Mol está ubicado en diciembre, lo que significa que la localización de la oposición partil de Venus y Júpiter alineados con la Vía Láctea, pudo ser visible alrededor de estos días finales de diciembre de 1040, lo que afirma la hipótesis de que el Códice Dresde nace unos meses antes, en la conjunción inferior de Venus en ese año 1040, tal como está expuesta en el jeroglífico del folio 12, que se ha tratado anteriormente.

La fecha gregoriana del evento astronómico descifrado en esta estampa jeroglífica ocurre el 22 de diciembre de 1040, y es la misma configuración que ocurrirá 22 de diciembre de 2012: ambas ocurren en la lunación del mes Maya de Mol, el octavo mes que coincide con diciembre gregoriano, según la pauta que nos deja Fray Diego de Landa.